El alma del Bierzo cobró vida en una noche inolvidable con The Howell Co.

El pasado 20 de febrero, la Taberna Arallo en Madrid se convirtió en el escenario de la primera edición de «Rostros del vino», un encuentro íntimo donde los protagonistas del mundo vinícola desvelan los secretos de sus creaciones. En esta ocasión, Miguel Ángel de la bodega Luzdivina Amigo nos guió en un viaje sensorial a través de su historia y sus vinos.

Ambiente acogedor, menú de 10

Desde el primer momento, el ambiente vibraba con expectación. La Taberna Arallo, con su aire canalla y cosmopolita, nos reservó un salón íntimo y acogedor para el club. El equipo del restaurante, atento a cada detalle, sorprendió con su adaptación impecable del menú para aquellos con alergias al marisco y celíacos, asegurando que todos los asistentes disfrutaran de la experiencia sin reservas.

La cena fue un despliegue de creatividad gastronómica, un menú degustación de siete platos diseñado para resaltar los matices de los vinos seleccionados. Desde la croqueta de marisco (el favorito de la noche) hasta el katsu sando de solomillo, pasando por los torreznos confitados en mole verde, cada bocado parecía dialogar con las copas servidas, acentuando la riqueza de cada referencia de Luzdivina Amigo.

2 vinos conocidos, 2 desconocidos y 1 sorpresa

Los vinos fueron los auténticos protagonistas de la noche. Miguel Ángel Amigo compartió la esencia de su bodega a través de varias etiquetas. Dos de ellas ya eran conocidas para los socios del club, que las habían recibido en su casa días antes:

• Baloiro Blanco 2024 (Godello, Jerez-Palomino y Doña Blanca). Lo apodamos «Las hormigas» por su etiqueta y fue un éxito entre los suscriptores.
• Baloiro Crianza 2021 (Mencía). En casa recibimos la añada del 2017, pero Miguel Ángel nos trajo esta nueva añada en en exclusiva. ¡Fuimos los primeros en probarla!
  

A estos se añadieron otro blanco y otro tinto que no conocíamos de su bodega:

• Los Pedregales 2022 (Godello). Una foto fija de una sola uva, en una sola parcela.
• Baloiro Reserva 2017 (Mencía). Un vino que se produce solo en años específicos, cuando el perfil de fruta sale como se necesita para la larga crianza tradicional en barrica.

Empezamos por los blancos maridando los platos de marisco, continuamos con los tintos acompañando las carnes y cerramos el postre con una gran sorpresa: el Baloiro Godello 2015. De selección manual en las viñas más viejas de la bodega, plantadas por el bisabuelo de Miguel Ángel. Con un año de crianza oxidativa seguido de ocho años de crianza reductiva, este vino deslumbró a los asistentes con su evolución, mostrando una profundidad y elegancia que solo el tiempo puede otorgar.

La conversación fluía entre copa y copa, los asistentes compartían impresiones y anécdotas con Miguel Ángel, quien con pasión y cercanía desentrañaba los secretos de su bodega. Al finalizar la velada, muchos no quisieron despedirse sin llevarse consigo un pedazo de esta experiencia y adquirieron sus vinos favoritos directamente de la bodega. 

Así cerramos la primera entrega de «Rostros del vino», con la promesa de muchas más noches donde el vino no solo se degusta, sino que cobra voz propia.